Muchos de nuestros pacientes llegan a la consulta con ganas de liberarse de hábitos alimentarios desequilibrados. Esta relación insana con la comida les provoca un sufrimiento innecesario.

Vienen a nosotras en busca de herramientas para mejorar la conducta alimentaria y la calidad de vida. Además de las pautas básicas sobre alimentación saludable, el mindfulness nos brinda un nuevo enfoque para liberarnos de este sufrimiento. Eso sí, requiere de perseverancia, tiempo, paciencia y atención.

Mindfulness

El mindfulness es el acto de prestar atención total e imparcial a nuestra experiencia, momento a momento, sin juicio ni crítica, sin perseguir ningún objetivo más que el de estar atento y ser consciente. El mindfulness aborda el trastorno o desequilibro alimentario desde el origen, ya que el problema no radica en los alimentos, las calorías o el metabolismo. El origen del problema radica en la mente y es a esta que debemos atender y comprender.

Actualmente, cada vez hay más estudios científicos que apoyan los múltiples beneficios de esta práctica.

Aquí exponemos algunos puntos que nos muestran una relación desequilibrada o tensa con la comida. Podemos reconocernos en alguno de ellos sin que esto signifique un problema, aunque si se dan varios, puede que nuestra relación con la comida nos proporcione sufrimiento. Si miramos de cara a este sufrimiento, podemos transformarlo.

  1. La comida es la principal fuente de regular el placer.
  2. Aunque estés lleno, no puedes dejar de comer y menos dejar comida en el plato.
  3. Comes aunque no tengas hambre.
  4. Disfrutas consumiendo principalmente ciertos tipos de alimentos (bollería, dulces, comida con alto contenido en grasa).
  5. Tu peso no es saludable y puede haber grandes fluctuaciones de peso.
  6. Tu mente piensa muy a menudo en la comida y los alimentos.

¿Cómo practicar mindfulness eating?

Para empezar, proponte comer atentamente, abrirte a la experiencia que implica prestar atención a todas las partes del cuerpo, a todos los sentidos. Proponte prestar atención a la hora de hacer la compra, de cocinar y por último de comer.

Come lentamente, dándote cuenta de la salivación, la masticación y deglución, así como de las texturas, sabores, olores y colores del plato.

¿Qué hace nuestra mente mientras comemos? ¿Estamos comiendo o estamos comiendo y pensando al mismo tiempo? ¿Dónde está la mente, en la boca o en cualquier otra parte? Llevar la mente a la boca, a las sensaciones, al acto presente es el objetivo de la práctica.

¿Qué beneficios notamos tras la práctica? 

· Recuperamos el disfrute de comer y la conciencia instintiva de saciedad (percibimos las señales de saciedad).

· Liberamos las pautas de hábitos reactivos que llevamos con nosotros desde la infancia.

· Aprendemos a discernir el tipo de hambre (real, emocional, mental) y a desactivar la conducta compulsiva.

· Nuestra relación con la comida y nuestro entorno mejora, pudiendo disfrutar de los alimentos sin obsesión, culpa o tensión.

· La pérdida de peso, aunque no es el objetivo directo de la práctica, mejora la conducta.

La práctica del mindfulness es uno de los enfoques de Nutreatude y a partir de octubre ofreceremos talleres grupales y sesiones individuales de mindfulness eating con el propósito de establecer una mejor relación con nosotros mismos y con la comida para sentirnos más sanos y vitales.

TAGS : ansiedad mindfulness
POSTED BY Nutreatude | Jun, 06, 2018 |

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